

DESARROLLANDO HABILIDADES OCULTAS
La coyuntura actual de alcance mundial nos ha sumergido en una nueva realidad, un inesperado aislamiento social que ha planteado numerosas interrogantes de orden humano, afectivo, profesional y de nuevos retos y planteamientos hacia nuestra visión y acción en nuestra convivencia social.
Haciendo a un lado aquellos aspectos que nos han generado zozobra y malestar, es importante abordar el tema de los nuevos aprendizajes o habilidades que hemos descubierto en nosotros mismos o que hemos visto con agrado en nuestros compatriotas.
Personas que ya sea por necesidad o deseo propio han desarrollado habilidades que ellos mismos ignoraban, habilidades manuales realizadas en casa, logrando no solo entretener a la familia sino aumentar la interacción familiar que en una familia promedio implicaba la ausencia de los padres por trabajo, siendo antes de la pandemia una realidad solo de fin de semana, en muchos de los casos.
Ha sido un nuevo comienzo para muchas familias, un cambio en horarios, responsabilidades y en las actividades de ocio. Familias enteras cambiaron los tiempos de paseos por el de ver películas en la tv, cenas en restaurantes por una reunión en la cocina con la familia, preparando un delicioso postre o aprendiendo a hacerlo (los que probablemente no fueron un éxito), pero logró que se cambiaran los envíos de graciosos memes por WhatsApp, por el intercambio de fotos de postres, comidas y porque no de bebidas.
No ha sido fácil, pero aquellos que adoptaron estas medidas se dieron cuenta que no solo era un privilegio estar en familia, sino que esa realidad resultó ser un mejor escenario en comparación a la realidad de muchas familias cuyos miembros perdieron su empleo.
El factor tecnológico ha sido clave para tratar de mantener el contacto de una forma virtual, ya que ha permitido poder acercarnos a nuestras familias y amigos; nos dimos cuenta lo importante que es el contacto humano, lo importante que es manifestar nuestras emociones sin “el roche” que nos da, probablemente nos enseñó a ser más comunicativos o a darnos cuenta de la importancia de decirle te quiero a alguien.
Cuando salgamos de esta etapa y habiendo superado el miedo, volveremos a salir a pasear y tal vez nos parezca extraño comenzar o recuperar nuestra vida social, pero somos seres de costumbres y lo superaremos; pero no puedo esperar para ver como los hombres cuentan historias de como antes no hacían el mercado y ahora conocen el precio de todos los alimentos; o como ahora nuestros abuelos sepan tanto de reuniones virtuales y compartir archivos, más que sus propios nietos.
A nivel personal en el trabajo el cambio nos sirvió para darnos cuenta que no importaban los malos ratos en el trabajo, sino trabajar para conservarlo; extrañar a los compañeros estaba bien incluso a aquellos que no eran nuestros mejores fans; a nivel profesional nos obligó a recurrir a todas las herramientas tecnológicas que conocíamos para poder desarrollar nuestro trabajo y darle mayor valor, a no solo pensar como trabajador sino lo importante que era pensar como empresa, ya que el éxito de esta, implicaría que continuaría trabajando, una situación que ahora se puede considerar privilegiada.
Cuestión aparte ha sido la rapidez o la intuición de muchas empresas para adaptarse a este cambio, la capacidad de reinventarse con el ánimo de seguir trabajando y generando empleos; cafeterías que ya no vendían postres ni cafés sino verduras y frutas; hoteles que se convirtieron en hospedajes obligados de personas que transitaban y necesitaban guardar días de cuarentena obligatoria. Aquellos pequeños empresarios que no perdieron la oportunidad de crear nuevas cosas como mascarillas con detalles humorísticos, o músicos que en lugar de subir a los buses ahora iban en grupo de calle en calle cual serenata mariachi, buscando obtener ingresos.
En el Perú nos caracterizamos por eso, por ser un pueblo luchador y ocurrente que ante la adversidad se reinventa, que sufre pero que luego encuentra el consuelo en la creatividad de su gente; que a pesar de los problemas de salud pública actual o la pasada y de los problemas políticos que nos borra la sonrisa, seguimos aquí de pie, manteniéndonos y echando raíces para resistir y poder contarle a nuestros hijos otra historia de guerra pero no con un país vecino sino con un enemigo que a pesar de ser ínfimo en tamaño es mortífero y ha sido difícil de combatir.
Es necesario mirar nuestro mundo interior para preguntarnos qué podemos cambiar, qué no queremos cambiar, así como concluir que valiosos somos, quienes nos otorgan ese valor; que importante es ser reconocido profesionalmente, pero más importante que necesario es ser amado y amar a tu prójimo, a tu familia, a tu país.
"Las circunstancias actuales nos invitan a reflexionar sobre nuestras actitudes hacia los demás, práctica de valores y evaluación de nuestra responsabilidad hacia el mundo y el país que habitamos; y porque no, también nos dan la posibilidad de desarrollar nuevas habilidades que impacten de forma positiva en nuestro desarrollo personal y profesional".

Cesilia Delgado
Contadora
Sucursal Perú
